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viernes, 29 de julio de 2011

Solo un poco es suficiente


 
Estubo observando las motas de polvo, delatadas por un rayo de luz. Bajaban, corrían ligeras y luego subían con el impulso de su respiración. Le encantaba cambiar la trayectoria de aquellas pequeñas cosas flotantes, como en su propia galaxia, (Carlos, respetado abogado y padre de dos niñas) cada tarde, cuando el sol cansado se disponía a esconderse, se estiraba en el suelo y volvía a ser un niño.





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