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sábado, 27 de agosto de 2011

Quizás estuviera esperando algo, una llamada, una caricia en el cuello, o un simple instante del silbido de su respiración en el oído o quizás fuera la voz de Adele la que le hacía desear su presencia, al igual que deseaba la llegada del frío invernal. La música hizo la promesa de permanecer aquí para siempre, de estar esperando hasta el puto fin, hasta el último maldito segundo y ella le prometió lo mismo. Pero… ¿acaso alguien ha conseguido eso alguna vez?






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