Querido mounstro.

Podría escribirle al mounstro que vive debajo de mi cama, pero sería demasiado peligroso arriesgarme a recibir una respuesta.
Por eso me limitaré al escribirle a otro de mis mounstros favoritos, aquel que mora bajo la tuya:
Señor mounstro:
Guardian de los sueños del hombre que duerme en esa cama donde alguna vez pasé algún rato.
No atormente usted jamás sus sueños ni lo despierte en mitad de la noche, cuídelo siempre y ayudele a encontrar eso que busca , permitale que sueñe conmigo de vez en cuando y no lo abandone nunca , señor mounstro, nunca.