Páginas

lunes, 17 de enero de 2011

¡qué ganas de llorar!

 
A veces quisiera escaparme de esta jaula, poder ser cobarde y huir, ser lo más cobarde posible y correr, correr escapando de fantasmas inexistentes, pero escapar de ellos. Ir a parar a un lugar que esté muy lejos de aquí y estar sola, totalmente sola, conversando con el silencio en la terraza de mi ático del cielo, adornando el aire con la música de un tango.
Esperando el momento en el que el recuerdo de tus ojos deje de clavárseme, que mis labios dejen de llamarte y dejar de verte en mis sueños, dejar de desear encontrar las respuestas de las millones de preguntas que me hago cada día sobre aquella extraña película.
       Acordes de una noche, trazos desesperados en un papel intentando adivinar la forma, el momento y el lugar en el que volverías a por mí, el cúmulo de horas que pasé buscando tu mirada, las ganas insaciables de encontrarte al cruzar la esquina... el pasado siempre nos atormenta por eso ahora lo único que de verdad deseo es olvidar hasta mi propio nombre.
                                                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario